‘El comienzo’
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Diana Martu00edn Hidalgo

La atleta de Fuentesaúco Diana Martín Hidalgo | TWC
Cuando algunos atletas del más alto nivel aún están por concluir la temporada 2012-2013, la gran mayoría ya está dando los primeros pasos, las primeras zancadas, hacia la meta que cada uno se haya marcado en la temporada 2013-2014.
En nuestro panorama atlético hay un abanico muy amplio de atletas, cada uno de los cuales tiene unos objetivos, unas metas. En muchos casos coinciden, pero cada cual tiene unas fechas anotadas en rojo en el calendario. Todos tienen mucho trabajo por delante. A nadie se le escapa que la cosa está muy mal para poder dedicar todo el tiempo del mundo a entrenar, competir, comer y descansar, pero sí que casi todos coinciden en que ese es el principal objetivo: poder dedicarse en cuerpo y alma al deporte que les apasiona: el atletismo. No es absolutamente nada fácil, pero en esta vida todo tiene su precio y en este caso uno de los más elevados es el trabajo. Por delante quedan varios meses de trabajo duro, exigente, hasta la extenuación en muchos casos. Ya no vale eso de “llueve, hace frío, viento o el calor es insoportable”. No, para nada, hay que seguir. Es imprescindible saber llegar y superar ese umbral de dolor, de sufrimiento. Es más necesario que nunca salir a entrenar con dolores en todo el cuerpo. No se pueden escuchar respuestas del tipo “hoy no me puedo levantar”, como diría Mecano. En absoluto. Hay que saltar al tartán, al asfalto, al campo, al gimnasio, adonde sea. Hay que seguir invirtiendo. La prima de riesgo está por las nubes, pero sin trabajo no hay recompensa. Para poder comer tras la siguiente temporada hay que sembrar aquí y ahora. Los frutos siempre se recogen. Bueno, casi siempre, pues diversas vicisitudes suelen complicar cada campaña y tampoco hay trigo para todos.
Desde el otro lado no pedimos mucho más que entrega y responsabilidad. Ya pondremos lo que sea de nuestra parte para seguir arrimando el hombro y apoyando a unos héroes, muchas veces desconocidos, que sudan para abrazar ese anhelado sueño que algún día nos hará levantarnos del sofá y gritar de alegría y felicidad.