I Clinic Rugby 4 Her: Respeto, compañerismo, superación y persistencia

Participantes con Ana Mari Aigneren

Cristina Casillas con alguna de las búfalas | Cristina Casillas
Jueves 26 de junio, 7:10 de la mañana. Tengo legañas y los ojos hinchados por el cansancio pero nada me detiene. Me dispongo a salir de casa, ya que en cinco minutos he quedado con tres de mis hermanas del equipo de rugby para emprender un largo y loco viaje, apenas planificado dos días antes y gracias a las redes sociales llega a nosotras la noticia de un clinic de rugby en la otra punta del país que será impartido por nuestra jugadora referente.
Sin pensarlo dos veces, una corre la voz a otra y así decidimos embarcarnos en un viaje de 600 kilómetros en el que cruzaremos de oeste a este el país. Pero no pasa nada, porque estaremos en la playa y podremos disfrutar de eso que tanto nos gusta, que ha servido de nexo para conocernos y unirnos, nuestra forma de vida, nuestra pasión, nuestro deporte: el rugby. Un premio a un largo y duro mes de exámenes y la mejor forma para despedirnos de este curso tanto académico como deportivo. Así comenzó.

Parte de las participantes con Ana Mari Aigneren | Cristina Casillas
Algunos días después de terminar el clinic de la iniciativa de Rugby 4 Her en Cullera (Valencia) seguía dando vueltas en mi cabeza a todos y cada uno de los conceptos tratados en aquellos días. Mucha información, mucho aprendizaje, muchas ganas y muchas sonrisas; elementos que construían la receta mágica que conformaría el grueso del clinic. Una receta mágica que tuvo como resultado grandes emociones y respuesta por parte de las cerca de 30 chicas que tuvimos la oportunidad de participar.
Una gran diferencia de edad, diferencia de edades de juego que experimentábamos, diferencia en el juego y en la percepción del oval; pero a la vez el mismo sentimiento, mismo amor hacia el rugby y todos sus valores. Pasión, ilusión y muchas emociones que nacieron y se concentraron en el interior de cada una y que finalmente se vieron explotadas y reflejadas en todas y cada una de las sesiones de entrenamiento tanto en el campo de rugby, como en los momentos de ocio, en los que denotó la familiaridad de las jugadoras.

Parte de las chicas en un trayecto de autobús al campus | Cristina Casillas
Algunas mayores, otras menores. Valencia, Murcia, Alicante, Puertollano, Salamanca; pero todas con un espíritu joven, capaces de vencer todos los límites físicos y mentales que se presentaban en las largas y calurosas sesiones de entrenamientos y que se concentraron en alcanzar un mismo fin: aprender, crecer y disfrutar.
Una gran nebulosa de alegría, nerviosismo en los primeros contactos, ganas, sonrisas y sobre todo muchísima pasión sobre aquello que tanto nos caracteriza, nos define y nos gusta: el rugby.
Así ha sido un grandísimo fin de semana de rugby del que, cada día que pasa, podemos entresacar (si aún cabe) más conceptos y lecciones que nos fueron regaladas y en las que fuimos guiadas por unas grandes personas y (si se me permite) referentes mundiales de este deporte, o al menos en mi caso: Ana María Aigneren, Patricia García y el valioso apoyo y trabajo del entrenador, Carlos Frigola.
No es solo rugby, es deporte; es vida. Y esta vida, nos encanta.
Gracias.

Resumen en forma de imágenes del I Clinic 4 her | Cristina Casillas
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