Las medallas, esos brillantes objetos de deseo
Mañana comienza el Campeonato de Europa de Atletismo. Se disputa en Zúrich, la principal ciudad suiza, aunque no es su capital. Suiza es archiconocida por ser un lugar tradicional en la fabricación de relojes. Tal vez eso tenga algo que ver con que la competición dé comienzo a las 10.04. En España habríamos redondeado, probablemente.
Romperán el hielo los hombres más fuertes, ideales para esos menesteres. Los lanzadores de peso serán los encargados de abrir una competición que muchísimos atletas europeos llevan meses esperando, preparando con minuciosidad, con precisión de relojero suizo. Todo cuadra. Muchos de esos atletas acuden a Zúrich con la mente puesta en las medallas que se pondrán en juego.
Medalla, ese brillante objeto de deseo que suele generar controversias, disputas, incluso han provocado que muchos atletas hagan trampas para poder conseguirlas. Más que trampas, muchos han puesto en peligro su salud, su integridad física para poder ver una de ellas colgada de su cuello. Las primeras que se entregarán serán recibidas por los lanzadores de peso y por las atletas del 10.000m., las que tendrán que dar 25 vueltas a la pista más rápidas que nadie para convertirse en las mejores de Europa en este campeonato. Las codiciadas medallas se presentaron hace meses. Se han creado a partir de un diseño del argentino Alfredo Habërli, quien se ha inspirado en el mítico Estadio Letzigrund para darles forma, para darles vida.
Medallas de oro, plata y bronce, objetos con luz propia que son capaces hasta de guiar el camino a seguir por los atletas ambiciosos, deportistas natos que serán parte de uno de los mejores y mayores espectáculo del mundo, el de los atletas sobre el tartán. El tartán del Letzigrund, un estadio que ha visto brillar a algunos de los mejores atletas españoles de la historia. Fermín Cacho, José Luis González, José Manuel Abascal, Francisco Sánchez Vargas, Mariano Haro. Casi nada…