«Una breve pero intensa historieta de baloncesto» por Fernando Vidal Carretero

Fernando Vidal con el C.B. Coslada, equipo con quien ascendió tres veces consecutivas hasta 1ª B | Archivo Fernando Vidal
Era el año 1980, yo era jugador del Canoe junior, y ese año me rompí la rodilla, pero no hay mal que por bien no venga, Manolo Coloma era, por aquel entonces, entrenador jefe del Canoe femenino, y decidió empezar a formar equipos pequeños de cantera, por entonces sólo había junior y juvenil (las categorías no eran las misma que ahora), me ofreció empezar a entrenar, y decidí dedicarme a lo que siempre me había gustado.
Tuve que hacer una labor de captación de jugadoras, a parte de las que nos llegaban, pues el club era puntero en Madrid, ahora por desgracia, ya no lo es tanto. Estuve varios años en minibasket y después de varios campeonatos de Madrid conquistados, tuve el honor de entrenar al equipo cadete durante dos años. Fue maravilloso, ganamos dos Campeonatos de España consecutivos con muchas de la niñas que yo había formado desde pequeñas. Allí estaban Esther Tordesillas, que más tarde sería campeona de Europa con Dorna, Susana Rico o Maria Franco, que llegaron a ser internacionales de categorías inferiores. En aquellos campeonatos nos enfrentamos a jugadoras que después han sido importantísimas en nuestro baloncesto tales como Betty Cebrián y Marina Ferragut.
Tras algunos años en Canoe, con algún campeonato más de Madrid y participaciones en campeonatos de España, tuve que dejar el club por desavenencias con el entonces entrenador del equipo senior, pero eso es otra historia.
Pasé a ser director deportivo del Colegio Cabrini, un clásico en el baloncesto madrileño, conseguimos meter un cadete en el campeonato de España. Un gran logro, allí estaba Raquel Ros, que después fue jugadora del Tintoretto, y más tarde fue a hacer unas pruebas a Salamanca, allí se llevo a una amiga, que les dijo que apuntaba maneras, por supuesto en Salamanca les interesó mucho más la amiga, aunque era más pequeña, una tal Amaya Valdemoro.
Los siguientes años creamos un senior en el Club Baloncesto Coslada, pedimos salir en alguna categoría superior a la última, pero la federación no nos dio plaza, por lo que tuvimos que remar y remar, tras tres años consecutivos ascendiendo y siendo campeones de Madrid y en Segunda de España, conseguimos llegar a lo que hoy se conoce por Liga Femenina 2. Soy tan mayor que no sé la denominación de aquella época, creo que 1ª B, donde mantuvimos el equipo muchos años, siempre en los puestos de arriba de nuestro grupo.
Allí acabo mi primera etapa como entrenador, tiempos donde me costaba dinero mantener el equipo, y un día lo cambié por la familia, no me arrepiento aunque sé que perdí el sitio. Pero fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, ahora tengo una familia que me llena cada día más.
Hace cuatro años me pidieron entrenar en el colegio de mis hijos, y la verdad es que me lo pasé mejor que nunca, sin ninguna presión. Lleve un alevín durante dos años y lo metimos en las fases finales de Madrid y algún jugador se lo llevó Estudiantes, todo un orgullo para el colegio. El pasado año he estado colaborando con Alameda de Osuna, porque tengo familiares allí. Esta temporada, mi hijo juega en alevines de Alcobendas y me dedico a ver partidos, si puedo ayudar a alguien lo hago y por simpatía con mi sobrina Carmen, me he hecho incondicional del cadete del Avenida.