Haz más eficientes tus entrenamientos gracias a la cronobiología
El rendimiento físico, como muchos aspectos de la vida cotidiana, lleva un ritmo cíclico, haciendo que haya unas horas en las que el cuerpo humano rinda más y al contrario. La cronobiología es una ciencia, que aunque joven, se encarga del estudio de fenómenos cíclicos como éste.
Existen tres principales sistemas fisiológicos encargados de provocar que el rendimiento deportivo sea mayor o menor según la hora del día. En primer lugar, destaca la temperatura corporal. A mayor temperatura, mayor es el número de latidos por minuto y de estímulos nerviosos, lo que hace que las órdenes lleguen más rápido del cerebro a los músculos, incrementando con ello nuestra capacidad de reacción. En segundo lugar, el sistema cardiovascular. A partir de las 15 horas, el corazón se encuentra en su momento de mayor rendimiento, permitiendo una mayor circulación de sangre a los músculos. Y el tercer lugar, el sistema respiratorio, pues las vías respiratorias alcanzan su mayor grado de amplitud y capacidad durante las horas de la tarde.
Una vez tenemos en cuenta estos aspectos, conozcamos las horas óptimas de entrenamiento según el tipo de actividad que realizamos:
Actividades anaeróbicas y de fuerza
Dentro de este grupo se encuentran, por ejemplo, la velocidad corta, los deportes de contacto, levantamiento de pesas, salto de longitud o altura y todo tipo de lanzamientos (disco, peso, jabalina y martillo).
Lo que tienen en común todas estas actividades es que requieren una fuerza y potencia muscular máximas, por lo que se desarrollarán mejor durante las horas de la tarde. Según los doctores Álvaro Campillo y José Antonio García, el máximo rendimiento se encuentra entre las 19 y 21 horas, aunque también existe otro intervalo parecido entre las 15 y las 17 horas. Ellos mismos afirman que el rendimiento en deportes anaeróbicos y/o de fuerza puede verse incrementado en un 20% respecto a la misma actividad realizada por la mañana.
Deportes aeróbicos, flexibilidad y resistencia
Podemos considerar deportes aeróbicos a aquellos cuya ejecución se prolonga en el tiempo, como las carreras de fondo, triatlón, ciclismo, natación, fútbol, baloncesto, etc. En ellas se obtiene el máximo rendimiento cuando la elasticidad y la capacidad de contracción de los músculos son cuanto menos óptimas.
Por todo ello y siempre y cuando la actividad no dure más de tres horas, los doctores Campillo y García sitúan el pico de máxima eficiencia para este tipo de deportes entre las 18 y las 20 horas. Sin embargo, en actividades muy intensas como maratón y ultrafondo el rendimiento no varía sobremanera según la hora del día y por eso es más conveniente realizarlas durante las primeras horas del día, para retrasar al máximo la sudoración y su posterior deshidratación.
Como hemos podido comprobar, la cronobiología del ejercicio se basa en criterios objetivos y fácilmente contrastables. Además, no sólo mejora nuestro rendimiento deportivo sino que además ayuda a la recuperación muscular. Asimismo, también se ha demostrado que practicar ejercicio durante las horas de la tarde favorece la adscripción regular a la actividad y evita muchos casos de abandono. ¡Apúntate a la cronobiología!