Michael Jordan y Estudiantes, más cerca de lo que parece

Michael Jordan

Michael Jordan y la posibilidad real de fichar por Estudiantes | wallsave
Nos encontramos en la temporada 1998-99 de la NBA, edición 53ª para la mejor liga del mundo. Hasta el 5 de febrero de 1999 no se pudo jugar ningún partido debido al conflicto laboral y cierre patronal. La Asociación de Jugadores y las franquicias de la NBA sellaron un nuevo contrato colectivo el 18 de enero. Dos encuentros de pretemporada, no se celebró el All-Star Game y la temporada finalizaba con victoria, por primera vez en su historia, de los San Antonio Spurs ante New York Knicks por 4-1.
El 15 de junio de 1998 Michael Jordan lograba su sexto anillo tras anotar una canasta histórica ante Byron Rusell en el Delta Center de Utah, conseguía otro nuevo récord en su carrera. En ese verano descansó, jugó al golf y esperó el nuevo comienzo de la temporada deshojando la magarita. La terminación de contrato de Phill Jackson, las posibles bajas de Scottie Pippen y Dennis Rodman, le hacían pensarse muy mucho su vuelta a las pistas de juego. El 13 de junio de 1999 anunciaba su retirada definitiva.
Pero en ese invierno de 1999 se fraguó una posibilidad real de que Michael Jordan jugara en el histórico Estudiantes. El periodista José Luis Mateo en Gigantes del Basket, dirigida por Paco Torres, se hacía eco del interés de la empresa Adecco, por aquel entonces principal sponsor del equipo madrileño, de contratar al astro de Brooklyn dentro de una política de marketing de la marca a nivel internacional aprovechando el posible lookout de la NBA. La plantilla estudiantil tenía libre una plaza de extrajero y Pepu Hernández, evidentemente, dio el rápido consentimiento a la opción planteada.
Lo peor sería la cantidad económica del contrato. ¿Cómo iba Estudiantes, un club modesto pero con una de las mejores aficiones de España, poder pagar al mejor jugador de la historia del baloncesto mundial? La multinacional suiza Adecco, implantada en todo el mundo y principalmente en Estados Unidos, tenía la respuesta. La oficina de San Francisco dio el ok al estratósferico contrato ofrecido: 2.000 millones de pesetas por cuatro meses de trabajo. Sí, 2.000 millones de las antiguas pesetas, muchísimo dinero por aquel entonces.
El ok al dinero se tenía, el atractivo del país existía, pero se necesitaba otra seducción. Por aquel entonces Michael Jordan practicaba el golf con las grandes figuras mundiales de la época, era una de sus pasiones y como deportista competitivo que era no le hacía ascos intentar la aventura profesional. Y ahí que aparece la posibilidad de que nuestro Severiano Ballesteros ejerciera de profesor y guía durante los meses que estuviera en Madrid el norteamericano. De hecho, Adecco llegó a un acuerdo con el deportista de Pedreña.
Finalmente, la resolución del lookout y la decisión final de su retirada llevaron al neoyorquino a desechar la idea planteada por Adecco. El conjunto del Magariños despertó y el sueño de traer al Rey del deporte mundial se esfumó.