‘Mirar siempre hacia delante’ por José Ignacio Díaz

El marchador Josu00e9 Ignacio Du00edaz

José Ignacio Díaz en Alcobendas | TWC
Llevo unos días dándole vueltas al post y verdaderamente me ha costado mucho saber cómo empezar. Siempre es difícil saber cómo hacerlo cuando lo que vas a dar no son buenas noticias. Como os contaba hace unas semanas estaba muy contento de empezar a marchar después de la operación de rodilla. Todo iba bien y ya marchaba 10-11 km hace 3 semanas. Parecía que volver a competir no era algo muy lejano. El caso es que las cosas se empezaron a torcer. O igual nunca estuvieron del todo rectas. Las pequeñas molestias (que parecían residuales) que notaba al marchar, no sólo no fueron desapareciendo, sino que fueron incrementándose, hasta tal punto de decidir parar y realizar nuevas pruebas en mi rodilla. Como esperaba los resultados no fueron buenos (edema óseo en tibia y fémur, con fractura de estrés subcondral, justo en la zona donde me intervinieron el menisco). La explicación puede ser que mis huesos aún no se han adaptado a la nueva mecánica que supone la resección de una pequeña parte del menisco y no han soportado bien las nuevas presiones. El caso es que me esperan 6 nuevas semanas en el dique seco.
¿Y ahora qué? Os preguntaréis. Pues lamentarse sirve de poco. Es bastante triste pensar que se te va a ir la temporada entera. Pero bueno, no me resigno. Tengo esperanzas de que si todo va bien pueda ayudar a mi club en las ligas y competir el Nacional de verano en Alcobendas, tan cerquita de casa. Hay que mirar siempre hacia delante. De momento unos días de reposo y tratamiento con magnetoterapia, pero pronto empezaré con la piscina, la bicicleta y el gimnasio para volver a coger algo de forma. Y si en 6 semanas se ha reabsorbido el edema, a marchar, si no a esperar, no hay más alternativas. Mientras, ya está en marcha una modificación en las plantillas para quitar presión al compartimento interno de la rodilla, que espero me permita reventar mucho asfalto en 2015, pues tengo muchas cosas pendientes y me sobra mucha ilusión como para dejarla abandonada en casa.